Cómo establecer objetivos inteligentes y coherentes para alcanzar el éxito
Empieza un nuevo ciclo y seguro que tienes un montón de buenas ideas y propósitos por cumplir. El problema es que las ideas y las buenas intenciones no sirven de nada si no se aplican. Por eso es necesario crear un plan de acción y para ello, antes, necesitamos tener muy claro hacia dónde queremos ir. Debemos establecer objetivos que nos ayuden a crecer y acercarnos a nuestra meta.
Hoy voy a hablar sobre cómo hacer que nuestros objetivos sean a la vez inteligentes y coherentes para poder alcanzar el éxito en lo que nos propongamos, de una forma mucho más eficiente y natural.
Cuando hablamos de alcanzar el éxito, estamos hablando de conseguir los objetivos concretos propuestos para un ciclo temporal determinado. En realidad, el éxito no es otra cosa que alcanzar objetivos, así de simple (independientemente del tiempo, trabajo y esfuerzo invertidos).
Sé claro y concreto
El primer paso para tener éxito al intentar alcanzar una meta es dejarnos de ambigüedades como: “yo lo que quiero es ser feliz”, o “este año quiero ponerme en forma”, o “me gustaría ser más rico”. Perfecto; todo esto está muy bien, pero está mucho mejor si nos esforzamos un poco para ser más concretos.
Por ejemplo, siguiendo los casos que he mencionado: Puedes plantearte qué es lo que te haría sentir más feliz, a qué te refieres exactamente con ponerte en forma o qué tipo de riquezas valoras más y cómo piensas conseguir todo eso.
Necesitamos algo tangible que podamos poner en nuestro punto de mira y a lo que podamos disparar nuestra intención. Algo que podamos considerar como un objetivo real.
Sí, ya sé que es obvio, pero es que hay demasiadas personas que se limitan a divagar.
Orienta bien la brújula
Si quieres tener éxito en alguna empresa, además de concreto, mejor que seas persistente y actúes conscientemente, con planificación y estrategia. Y para todo eso, antes, debes sentar una base que parece que muchas personas olvidan, a pesar de ser algo tan obvio. De no hacerlo, lo único que conseguirás es ir dando bandazos, volviendo una y otra vez al punto de partida.
El hecho es que hay quienes realmente no saben lo que quieren ni a dónde ir y se enfocan justo en lo que no quieren, quejándose continuamente y obteniendo siempre más de lo mismo (lo que siembras cosechas). Quedan atrapadas en una especie de bucle temporal, como Bill Murray en “Groundhog Day”, reviviendo una y otra vez su particular día de la marmota.
Es absolutamente necesario que tengas un rumbo y orientes bien tu brújula interior. ¿Con cuanta claridad sabes a dónde quieres ir?

“Ningún viento será favorable para quien no sabe a qué puerto se dirige”. Séneca.
El modelo SMART
Según los expertos, es recomendable que los objetivos se ajusten siempre al modelo SMART para poder trabajar en ellos de un modo más eficiente. De hecho, lo gravan a fuego en casi cualquier formación seria de coaching, como algo incuestionable, para que posteriormente todo coach que se precie lo utilice, por sistema, con sus clientes. Lo cierto es que tiene su lógica y es una buena herramienta, pero tampoco hay que convertirse en un fanático. Deja que te explique brevemente en que consiste.
SMART es un acrónimo anglosajón. La palabra de lengua inglesa “smart” significa “inteligente” y, como sigla, cada una de las letras que la componen es la inicial asociada a una cualidad que, necesariamente, todo objetivo debe poseer. Si no es así, no se considera un objetivo.
Un objetivo se considera SMART, o inteligente, cuando es:
- Specific/Especifico.
- Measurable/Medible.
- Attainable/Accesible o Alcanzable.
- Realist/Realista o Relevant/Relevante.
- Time-Bound/Limitado en el Tiempo o Timely/Oportuno.
Vamos a dejar aquí este punto porque ya existe mucha información en la red. Si quieres más información te invito a revisar este articulo. Ahora, prefiero hablarte un poco más de mi visión particular.
La trampa de los objetivos absurdos
Es posible que ya te estés frotando las manos pensando en tus objetivos para el próximo ciclo. Pero ¡CUIDADO! no conviertas tus objetivos en una trampa de la que no puedas salir y te impida cumplir tu verdadero propósito.
Si bien todo lo que hemos visto en el punto anterior está justificado y es ampliamente aceptado en los ámbitos de la empresa, los negocios o el deporte, según mi criterio, además de ajustarse al famoso modelo SMART, tus objetivos personales deben ser, sobre todo y ante todo, coherentes.
Deben estar alineados de una forma natural, legítima y consecuente con tus valores y principios para que te sientas bien identificado con ellos y no te generen ningún tipo de conflicto. Esto es innegociable.
Uno de los principales motivos por el que la mayoría de las personas que comienzan un nuevo ciclo, lleno de proyectos y objetivos por cumplir, abandonan antes de conseguirlos es la falta de coherencia.
Tienen objetivos que perfectamente pueden ajustarse al modelo SMART, pero no cumplen con lo más importante: Sus objetivos no se corresponden con lo que realmente desean.
Es lamentable, pero muchas personas se proponen objetivos para satisfacer a otros, para recibir algún tipo de reconocimiento, para encajar en algún tipo de entorno o porque se sienten obligadas de alguna manera.
Si no te sientes alineado y en coherencia con tus objetivos, sólo estarás sirviéndoles tú a ellos en lugar de hacer que ellos te sirvan a ti. Serás su esclavo en lugar de su dueño y para conseguir lo que te propongas, probablemente, tendrás que sacrificarte y sufrir innecesariamente. ¿Quién demonios en su sano juicio quiere eso? ¿A qué mente enferma le gusta sufrir y sacrificarse? Absurdo, ¿verdad?
Haz que tus objetivos sean tus aliados
Si buscas una mejora o un cambio personal profundo y sostenible, lo primero y más importante es identificar los valores que rigen tu vida. Así podrás alinear con ellos tus objetivos y hacer que sean coherentes, además de inteligentes, lo cual te hará mucho más eficiente cuando vayas a por ellos.
Cuando tengas claro este concepto, ve paso a paso. Ponte objetivos a corto plazo. Estos te llevaran al segundo nivel y éste al nivel superior, tu meta final. Cualquier camino empieza siempre en un solo palmo de terreno. Para empezar a recorrerlo solo necesitas dar el primer paso; después otro, y otro…
Para que tus objetivos sean realmente útiles y no te arrastren a la mediocridad de los realistas y los conformistas, deberían hacerte sentir activo, motivado, entusiasmado y, por qué no, algo incómodo.
Esa incomodidad puede ayudarte a crecer, solo por el hecho de intentar vencerla. Imagina el crecimiento que puedes llegar a experimentar si consigues alcanzar tus objetivos. Por eso, deben suponer un desafío y guardar cierta dificultad que te obligue a salir de tu zona de confort y superarte.
Con cada pequeño avance, no solo estarás acercándote cada vez más a tu meta, además, tu confianza irá en aumento y tu satisfacción será cada vez mayor.
Dicho esto, recuerda que es muy importante mantener un cierto grado de exigencia, sin pasarse. Si te marcas objetivos imposibles de alcanzar para ti, solo alimentarás la frustración y la decepción que dan paso a la desesperación.
Eso no son objetivos tangibles, sólo son sueños y fantasías. Recuerda que soñar está muy bien, siempre que tengas clara y definida la línea que separa la fantasía de la realidad.

¿Sabes a dónde te llevan tus sueños?
El falaz mito de los sueños
Se le atribuye al famoso genio Michelangelo la siguiente frase:
“El peligro no está en tener sueños muy elevados y no alcanzarlos, lo peligroso es alcanzar tus sueños cuando son muy pobres“.
Personalmente, estoy de acuerdo con esta idea; sin embargo, creo que es necesario hacer una pequeña apostilla.
Creo que soñar está genial, y es muy divertido imaginarte o visualizarte alcanzando metas extraordinarias y realizando grandes proezas. Por tanto, no seré yo quien intente robarle a nadie la ilusión de creer en que «puedes lograr todo lo que te propongas». Al contrario; te animo con vehemencia a que persigas tus sueños. En eso se basan la vida y el éxito.
No obstante, no seas ingenuo y cuídate de tus sueños porque, a veces, pueden llevarte por un camino que, en lugar de acercarte, te aleja cada vez más de tu propósito llevándote a un mundo de fantasía tan surrealista como peligroso.
Sueña, pero no permitas que tus sueños te dominen o, también en este caso, te convertirás en esclavo.
No te dejes embaucar por gurús con discursos típicos del movimiento new age, ni te engañes creyendo la falacia de que tienes que ponerte objetivos muy altos para conseguir tus metas. Eso es válido sólo hasta cierto punto, pues, nadie te garantiza que vayas a alcanzar tu meta final solo por ponerte objetivos exorbitados. De toda la vida se sabe que no se le pueden pedir peras al olmo y que de donde no hay no se puede sacar.
Así pues, apunta alto manteniendo la perspectiva. Avanza pisando fuerte, con la vista en el cielo y los pies en la tierra. Recuerda, tonterías las justas.
Como dice en uno de sus versos el maravilloso poema “IF” de Rudyard Kipling,
“Tuya es la Tierra y todo lo que hay en ella […] Si puedes soñar sin que tus sueños te dominen”.
Conclusión
Hay conceptos que suenan muy bien en libros y blogs de superación personal, pero lo cierto es que, la mayoría de las veces, las cosas no son tan idílicas.
No se trata de que te entregues alegremente a tus fantasías y te dejes ir a donde tus sueños te lleven; se trata de hacer que tus sueños te lleven a donde tú quieras ir, con plena consciencia y responsabilidad. Trabaja en tus sueños hasta que tus sueños trabajen para ti.
Establecer objetivos inteligentes y, sobre todo, coherentes no es dejar de soñar, es soñar conscientemente para ser tú el director en la película de tu vida. Tarea que, por cierto, no es tan fácil como la pintan algunos.
Espero que entiendas que, con todo esto, lo que pretendo es que tomes conciencia de tu verdadero potencial para evitar que abandones y consigas mantenerte firme en tu camino.
Conserva siempre la ilusión y haz crecer tu creatividad. Ponte retos, acepta desafíos, amplía tú zona de confort, márcate metas importantes para ti y consigue objetivos valiosos que te hagan cada vez más grande. Asume tu responsabilidad.
Y, por supuesto, como siempre digo: Que cada cual haga de su capa un sayo y con su vida lo que le parezca, sin molestar. Ya sabes que yo no doy consejos ni pretendo convencer de nada a nadie; solo escribo para que quien quiera entender entienda.

Autor
Soy Alberto Corbas, coach no directivo y entusiasta del acondicionamiento físico. Me encantaría que setuelcambio te sirviera de algún modo y acompañarte a alcanzar tus objetivos personales y/o de fitness.
¿Listo para hacer un cambio?
Suscríbete
Podrás mantenerte al día de nuevas publicaciones y actualizaciones. Aprovecha setuelcambio para tu crecimiento personal.

Comentarios
Si quieres comentar o preguntar algo, con relación al post, aquí puedes hacerlo. Recuerda aceptar la política de privacidad y las condiciones de uso de la sección y, por favor, sé constructivo. Gracias por tu aportación.
0 comentarios