El modelo SMART y la regla de las 4P. Cómo seleccionar tus metas de forma eficaz
El caso es que, aunque parezca que el modelo SMART se dirige en exclusiva al mundo de la empresa, se puede aplicar perfectamente en cualquier ámbito y puedes utilizarlo con éxito tanto en tus proyectos profesionales como personales.

¿Sabes a dónde quieres ir?
Todo objetivo que te propongas forma parte de un proceso de cambio
Antes de empezar a hablar del modelo SMART, diseñado para seleccionar y establecer objetivos de un modo eficiente, eficaz y ordenado, quiero decirte algo que suelo repetir con frecuencia.
Es fundamental ser consciente de que alcanzar cualquier objetivo o meta que te propongas forma parte de un proceso de cambio. Sobre todo, cuando se trata de antiguos objetivos, que ya se han convertido en recurrentes para ti porque no logras darles alcance, pero tú insistes en perseguirlos.
Que sepas que cuanto más se te resistan esos objetivos, más necesario será para ti el cambio, y cuanto antes tomes conciencia de ello y lo aceptes antes conseguirás alcanzarlos. No aceptarlo y no estar abierto al cambio es un error.
Si quieres conseguir algo en el futuro es porque ahora, en el presente, no lo tienes ¿verdad? Es obvio. Lo que, quizá, no te hayas parado a pensar es que esto ocurre porque lo que has estado haciendo hasta ahora no te ha dado como resultado el fruto que deseas (tanto si has llevado a cabo acciones que producían otros resultados, como si no has hecho nada -no hacer nada también es una opción que produce sus resultados-).
Para conseguir lo que quieres tienes que hacer lo que necesitas. Tendrás que ser creativo y hacer cosas nuevas, diferentes… Y si, al final, consigues lo que buscabas habrás experimentado un cambio. Así de simple.
Por lo tanto, si hasta ahora no has conseguido lo que quieres o te estás planteando nuevos retos, prepárate para ser tú el cambio. Ve preparando tu cuerpo y tu mente para crear nuevos mapas mentales y establecer nuevos hábitos que te acerquen a tu meta.
Qué es el modelo SMART
Como ya hemos dicho, el modelo SMART es una herramienta muy potente que pone a tu disposición recursos para seleccionar y establecer objetivos de un modo inteligente. Es decir, teniendo en cuenta tu capacidad para comprender y aceptar tu situación y circunstancias, y tu capacidad para resolver problemas y superar obstáculos.
Este modelo es totalmente práctico, por tanto, no es compatible con sueños y fantasías. Para poder aplicarlo a tus sueños, primero, tendrás que “aterrizarlos” y convertirlos en objetivos tangibles. Aunque, espero que no dejes de soñar por esto.
SMART es un acrónimo anglosajón que nos proporciona criterios para guiarnos en la selección y establecimiento de metas. Se utiliza desde hace décadas en la gestión de proyectos, la gestión empresarial, gestión de recursos humanos y también, cada vez más, en el desarrollo personal.
Como ya sabrás, la palabra inglesa “smart” significa “inteligente”, lo cual da pie a un juego de palabras pues, como sigla, cada una de las letras que la componen es la inicial asociada a una cualidad que, necesariamente, todo objetivo debe poseer. Si no es así, no se considera un objetivo SMART.
El modelo SMART y la regla de las 4P
Para entender mejor en qué consiste el modelo SMART, primero es necesario saber que en todo proceso de cambio deben establecerse unas metas u objetivos tanto a corto como a largo plazo. Así, podemos diferenciar entre objetivos finales y objetivos de desarrollo (también llamados de desempeño).
Los objetivos finales (a largo plazo) no están totalmente bajo tu control ya que pueden estar sujetos a circunstancias externas que no dependen de ti o, incluso, pueden verse condicionados por terceras personas. Ya sabes aquello de: “Hoy hace un día estupendo; seguro que pasa algo o viene algún gilipollas y lo estropea”. Disculpa por este ejemplo tan simplón y típico de personas negativas, pero ¿a que lo has entendido?
Todo objetivo final se apoya en varios objetivos de desarrollo o desempeño. Esto significa que, para alcanzar un objetivo final, es necesario pasar por varias etapas a corto plazo. Vamos, que si quieres ganar “Le tour de France” deberás, al menos, completar todas las etapas, incluidas las de alta montaña (por duras que sean). Debes conseguir objetivos más pequeños que, de forma regular y progresiva, te van facilitando el camino hasta tu meta final. Se trata de ir “paso a paso”.
Por otro lado, los objetivos de desarrollo o desempeño (a corto plazo) no responden tanto a factores externos, dependiendo mucho más directamente de ti (de tus capacidades y tu actitud). Se establecen al identificar el nivel de desempeño y compromiso que has de asumir para llegar a tu objetivo final. Es decir, cuando ya sabes la dificultad de tu objetivo final y los principales obstáculos que tendrás que superar. Obviamente, los objetivos de desempeño nos sirven como indicador para evaluar nuestros progresos.
Ahora veamos qué requisitos debe cumplir un objetivo para ser considerado SMART.

Aprende a establecer tus objetivos
Specific // Especifico
Debes saber exactamente a dónde quieres ir para orientar la brújula y no parecer un pato mareado en un garaje. Si estableces objetivos o metas vagas o genéricas, tendrás más difícil planificar las acciones necesarias para conseguirlas. Por tanto, es necesario que te plantees objetivos de desarrollo o desempeño a partir de tus metas finales. Una vez que sepas cuál es exactamente tu objetivo final, podrás establecer con toda precisión otras metas más cercanas que te dirijan a él.
No tener claro qué quieres o qué vas a hacer te dificulta trazar un plan de acción eficaz. Por eso es necesario que tus objetivos estén bien definidos. Si tomas un taxi para ir a un destino concreto, pero no le das la dirección correcta al taxista, te puede tener todo el día dando vueltas sin llegar a ninguna parte y la tontería te puede salir muy cara.
Para definir correctamente y hacer específicos tus objetivos puedes ayudarte aplicando una simple herramienta; la regla de las 4P.
Todo objetivo específico debe ajustarse a la regla de las 4P
Esta es una regla muy sencilla que determina cuatro características esenciales a tener en cuenta para determinar un objetivo de la forma más concreta posible.
P1. Primera persona
Debes formular tus objetivos en primera persona y referirte siempre y únicamente a ti mismo. Enfócate en tu propia vida, en tus circunstancias y tu área de trabajo o de influencia. No sirven objetivos que se refieran a terceras personas. Eso, sencillamente, no estaría bajo tu control ni sería de tu incumbencia. Como se suele decir, ocúpate de tus propios asuntos y no te preocupes por los asuntos de los demás.
P2. Positivo
Formula tus objetivos en positivo, enfocándote siempre en lo que quieres conseguir y no en lo que no quieres. Esto es fundamental para poder diseñar las acciones adecuadas para esa finalidad. Si formulas tus objetivos en negativo, estos no se enfocan en tus deseos y no te marcan ningún camino que te lleve a donde quieres llegar. Los objetivos formulados en negativo nunca llegan a descubrir lo que realmente quieres. Recuerda que el inconsciente no diferencia entre SÍ o NO, y solo se centra en la acción. Si te digo que no quiero que pienses en una cabaña de madera en medio de un bosque, dime: ¿En qué estas pensando? Pues eso.
P3. Presente
Debes formular tus objetivos siempre en tiempo verbal presente (yo quiero hacer…) aunque se refieran a algo que planeas alcanzar en un futuro próximo. Utilizar el tiempo presente implica compromiso y responsabilidad y facilita la visualización del objetivo como ya cumplido. En cambio, utilizar un tiempo verbal futuro (Yo haré…) o el condicional (me gustaría… querría…), implica que no estás en modo “PLAY” sino, más bien, en pausa o, peor aún, en OFF. Tu responsabilidad y compromiso corren serio peligro de extinción.
P4. Posible
Este punto es muy simple. Debes estar seguro de que alcanzar tu objetivo, por complicado que parezca, es posible para ti. De lo contrario no serás capaz de motivarte. No encontrarás fuerza para llevar a cabo las acciones necesarias, o no encontrarás nunca el momento adecuado. Por el contrario, siempre encontrarás cualquier excusa para dejarlo de lado. Es una cuestión de lógica; si tú mismo no crees que tu objetivo sea posible ¿para qué te lo planteas? ¿Qué sentido tiene hacerlo?
Measurable // Medible
Para poder decir con toda certeza que has conseguido alcanzar tus objetivos es necesario que puedan ser medidos. Si no los mides, ¿cómo sabrás que los has alcanzado?
Todos los objetivos pueden ser medidos si te molestas en crear un criterio de medida. Para ello, debes establecer marcas de progreso, pequeñas metas tangibles que te indiquen que vas avanzando. Esto lo hemos visto antes, cuando hablábamos de los objetivos de desarrollo.
Attainable // Accesible o Alcanzable
Esto también lo hemos visto en la regla de las 4P. Todo objetivo que te propongas debe ser alcanzable para ti, o de lo contrario te frustrarás, perderás la motivación y abandonarás. No obstante, esto no significa que no pueda ser un objetivo ambicioso. Como te dije antes, no dejes de soñar, mientras tus sueños no te dominen.
Lo ideal es encontrar el equilibrio entre ambos conceptos, pero, ante la duda, la prioridad es que sea un objetivo alcanzable que te permita avanzar y crecer en tu proceso.
Relevant // Relevante
Muchos profesionales del coaching utilizan el término Realista. Dicen que establecer metas poco realistas puede provocar frustración ya que no hay esperanza de conseguirlos. Por eso, los objetivos han de ser desafiantes para que exista motivación, pero, dentro de unos niveles de realismo. Aunque, esto se parece mucho al punto anterior y a lo que nos dice la A de alcanzable, ¿verdad?
Personalmente, prefiero utilizar las cualidades del término Relevante. Los objetivos deben ser importantes para quien los establece. Por tanto, deben formularse con relación a su persona y tener como base sus propias necesidades. Por eso, date permiso para tener la perspectiva y la cabeza bien altas, manteniendo los pies en el suelo.
El “realismo” es la excusa perfecta de los conservadores que no se atreven a intentar ser lo que podrían llegar a ser. A lo largo de mi experiencia he podido observar que, en general, quienes se denominan a sí mismos como realistas tienden a infravalorar sus propias capacidades y posibilidades de éxito (y las de los demás). En el fondo, sólo son pesimistas disfrazados que no dejan de justificar sus miedos e inseguridades. Yo llamo a esto el pesimismo enmascarado de los mediocres.
Timely // Temporal
“Timely” lo podemos interpretar en español como “Temporal”. Significa que debes establecer una fecha concreta para cumplir tus objetivos. Todo objetivo que se precie debe tener un plazo de tiempo límite para ser cumplido o de lo contrario corres el riesgo de empezar a postergar las acciones que debas realizar. Sin una fecha límite, poco a poco, se evapora tu responsabilidad y tu compromiso con el proceso. Así no obtendrías los mejores resultados posibles o, incluso, podrías acabar abandonando.
Está muy bien tener claro qué es lo que quieres, pero ¿cuándo lo quieres? ¿Qué estás haciendo para cumplir tu objetivo a tiempo? Si no tienes igual de claro el cuándo, o te da lo mismo, significa que tu objetivo no es prioritario para ti y, por tanto, tu compromiso con el plan de acción es muy bajo, o nulo. Así, difícilmente conseguirás lo que pretendes. La presión añadida de tener una fecha límite hace que te responsabilices y comprometas mucho más, posibilitando un mejor desempeño.
Objetivo cumplido
Hasta aquí hemos llegado. Espero haberte aclarado un poco qué es esto del modelo SMART y para qué sirve. Aunque, en mi opinión, además de ser inteligentes y cumplir con todos estos requisitos, hay otros factores que son incluso más importantes a la hora de elegir y establecer tus objetivos.
Lo más importante es que sean objetivos coherentes y estén alineados con tus valores y con el tipo de vida que deseas. En general, deberían estar en resonancia con tu SER. De todos modos, si quieres más información sobre este modelo, puedes revisar este artículo que habla de la historia y evolución de los objetivos SMART.
Ahora, que cada cual haga de su capa un sayo y con su vida lo que le parezca, sin molestar. Recuerda que yo no doy consejos a nadie y no digo lo que se debe hacer o no. Solo escribo para que quien quiera entender entienda.

Autor
Soy Alberto Corbas, coach no directivo y entusiasta del acondicionamiento físico. Me encantaría que setuelcambio te sirviera de algún modo y acompañarte a alcanzar tus objetivos personales y/o de fitness.
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